Con el desarrollo del conflicto palestino-israelí y la intensificación de los ataques en la zona, los civiles que viven en la Franja de Gaza están al borde de una catástrofe humanitaria.
Desde el comienzo del bombardeo realizado por parte del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás, por su acrónimo en árabe), más de 260.000 residentes de Gaza se vieron obligados a abandonar sus casas destruidas por los cohetes israelíes y buscar refugio en las instalaciones de la Agencia de la ONU para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA, por sus siglas en inglés). El número de los fallecidos ha superado las 1.400 personas, mientras que unos 6.268 civiles resultaron con heridas de diversa gravedad, según los nuevos datos del Ministerio de Salud de Gaza publicados este jueves.
Este lunes el ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, anunció el «asedio completo» a la zona, mediante el bloqueo total de los suministros de electricidad, alimentos y medicamentos. Posteriormente, el ministro de Energía e Infraestructura israelí, Israel Katz, declaró que no se brindará ayuda humanitaria a los residentes de Gaza hasta que no sean liberadas las personas que fueron secuestradas por las Brigadas al Qassam, el ala militar de Hamás. «Acto humanitario por acto humanitario. Que nadie venga a sermonearnos«, aseveró el funcionario.