El secretario general de la ONU, António Guterres, calificó hoy al conflicto en Gaza como la guerra más mortífera por su impacto en civiles, periodistas, así como trabajadores humanitarios y de la salud.
El titular de Naciones Unidas recrudeció las críticas contra Tel Aviv por la falta de acceso, los ataques al personal humanitario y las muertes de más de 32 mil personas junto a 75 mil heridos, la gran mayoría de ellos, mujeres y niños.
La crisis y el sufrimiento en Gaza no se parecen a nada que se haya visto jamás, denunció el alto representante al citar a veteranos humanitarios con los que compartió en el cruce de Rafah dos semanas atrás.
«Hoy en día, los niños de Gaza están muriendo por falta de alimentos y agua. Esto es incomprensible y totalmente evitable», agregó en una comparecencia ante la prensa a propósito del sexto mes del estallido de la guerra.
Guterres advirtió del uso de la inteligencia artificial junto a la falta de acceso para la prensa al enclave que resulta en un alto nivel de víctimas civiles al tiempo que propaga la desinformación y las narrativas falsas.
El secretario general pidió investigaciones independientes y cambios significativos y mensurables sobre el terreno al calificar de terrrible el asesinato esta semana de siete trabajadores humanitarios de la ONG World Central Kitchen.
El problema esencial, dijo al respecto, no es quién cometió los errores, sino la estrategia y los procedimientos militares vigentes que permiten que esos errores se multipliquen una y otra vez.
A juicio del máximo responsable de la ONU, las dramáticas condiciones humanitarias requieren un salto cualitativo en la entrega de ayuda vital: un verdadero cambio de paradigma.
Guterres insistió en sus llamados para un alto al fuego humanitario inmediato, la liberación incondicional de todos los rehenes, la protección de los civiles y la entrega sin obstáculos de ayuda humanitaria.
Todas esas demandas deben implementarse. El fracaso sería imperdonable, remarcó.
Seis meses después, estamos al borde: de una hambruna masiva; de conflagración regional; de una pérdida total de fe en los estándares y normas globales, alertó además.
El titular llamó a alejarse de ese abismo, de silenciar las armas, de aliviar el horrible sufrimiento y de detener una posible hambruna antes de que sea demasiado tarde.