El presidente estadounidense, Donald Trump, dio al pasado martes algunas pistas sobre la posición de su Administración hacia Venezuela, país con el que, a pesar de no mantener relaciones desde 2019, hizo negociaciones recientes y logró acuerdos en temas de interés mutuo.
«Parecía que todo iba a ir muy bien», señaló el mandatario estadounidense al referirse a la imposición de sanciones a gran escala contra Caracas durante su primer mandato presidencial. «Luego llegó Biden y, como siempre, lo arruinó todo. Comenzaron a comprarle millones y millones de dólares en petróleo, miles de millones en petróleo, y les dieron un respiro sustancial. Pero ya veremos», continuó, en alusión a los mecanismos empleados por Venezuela para evadir el régimen de coerciones.
Si bien el republicano cuestionó la gestión de su antecesor en cuanto a la aplicación de medidas coercitivas como mecanismo de presión para lograr la salida de su par, Nicolás Maduro, a finales de enero, autorizó la visita al país suramericano Richard Grenell, enviado especial de su Gobierno, quien se reunió con el presidente venezolano y con altos funcionarios en Miraflores. Tras ese encuentro, Caracas liberó a seis estadounidenses encarcelados y arribaron a la nación 190 deportados provenientes de EE.UU.
«¿Por qué se dirigieron hacia el enemigo?»
El inquilino de la Casa Blanca continuó atacando a la gestión de Biden en lo que respecta a las relaciones con el país suramericano, al que tachó de «enemigo».
«¿Por qué se dirigieron hacia el enemigo y le dieron miles de millones de dólares?», remarcó Trump, precisando que «todavía es temprano» para pronunciarse categóricamente sobre el tema, pues la Casa Blanca está «estudiando» la supuesta «fortuna» que EE.UU. le habría pagado a las autoridades venezolanas bajo la gestión de su antecesor.
Los migrantes
Trump mencionó indirectamente el acuerdo migratorio suscrito entre el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y el enviado especial de Washington, Richard Grenell, al contradecir todas las informaciones previas y afirmar que la nación suramericana «ha dicho que no está dispuesta a recibir a ningún inmigrante ilegal», al tiempo que sin pruebas sindicó nuevamente a Caracas de enviar criminales al territorio estadounidense.
El pasado 11 de febrero arribaron a Venezuela 190 personas repatriadas desde territorio estadounidense. Posteriormente, el presidente de la Asamblea Nacional del país, Jorge Rodríguez, detalló que el Ejecutivo exigió que las repatriaciones se realizaran en aviones de la estatal Conviasa y en condiciones humanitarias, en rechazo al uso de aviones militares estadounidenses y el traslado de ciudadanos esposados.
Por su lado, el ministro de Interior, Justicia y Paz, Diosdado Cabello, refirió en la víspera que si bien algunos pocos de los migrantes deportados de EE.UU. tienen antecedentes penales, ninguno pertenece a la organización criminal Tren de Aragua.