Pese a todo, mayoría aprueba mensaje de Trump en Congreso de EEUU

Washington, 5 mar (Prensa Latina) La mayoría de la audiencia aprobó el mensaje a la nación del presidente Donald Trump desde el Congreso de Estados Unidos, a juzgar por las encuestas difundidas hoy, citadas en la prensa local.
Los sondeos de CBS News y YouGov arrojaron el asentimiento del 76 por ciento de las personas que vieron las declaraciones del mandatario, pese a que las imágenes de la televisión mostraron anoche la abismal división existente en el legislativo.
Muestra del actual país, profundamente polarizado, de un lado, en la sala del Congreso, estaban los republicanos (mayoría en ambas cámaras) que ovacionaban a Trump como si fuera un dios, y del otro los demócratas rechazándolo con carteles con mensajes sobre un fondo negro con los que reaccionaban a las afirmaciones del mandatario.
«Me doy cuenta de que no hay absolutamente nada que pueda decir para hacerlos felices (a los demócratas) o para que se pongan de pie, sonrían o aplaudan», enfatizó con ironía.
Uno de los congresistas demócratas, Al Green, de Texas, fue sacado del recinto por interrumpir el discurso de Trump y ser llamado al orden más de una vez. El miembro de la Cámara de Representantes, quien se negó a sentarse tras increpar al republicano, dijo en alta voz que ahí dentro sí había oposición.
Los tanteos señalaron igualmente que 44 por ciento de los espectadores del discurso consideraron que lo expresado por Trump era algo positivo y el 31 por ciento lo vio como negativo, de acuerdo con un estudio de CNN.
El Presidente 47 insistió en su objetivo de reducir el gasto federal, la inmigración ilegal y aumentar la seguridad fronteriza, por lo que defendió los despidos masivos a través del Departamento de Eficiencia Gubernamental que dirige Elon Musk, y se jactó de las deportaciones y el descenso de los números de cruces fronterizos desde que llegó al cargo.
En el discurso conjunto en el Congreso, el más largo de un presidente en la historia moderna, Trump enumeró todo lo que echó abajo y cambió en apenas 43 días de gobierno para que este sea el comienzo de la Edad dorada de Estados Unidos.
Culpó a la administración anterior, de Joe Biden, de haber sido un desastre y al demócrata hasta de llevar los huevos, un alimento básico en la mesa de los estadounidenses, a los elevados precios actuales.
Celebró haber declarado una emergencia energética nacional, al dar la orden de «perforar, perforar y perforar» en contra de lo que planteaba Biden y le dio un puntapié a los carros eléctricos.
Además, siguió insistiendo en sus afanes de adquirir Groenlandia, recuperar el canal de Panamá y volvió a repetir las acusaciones a México y Canadá de no hacer lo suficiente con el tráfico de fentanilo.
Trump consideró como relevante el haber retirado a Estados Unidos de la «ridícula farsa verde del Acuerdo de París», de la «corrupta Organización Mundial de la Salud» y del «antiestadounidense Consejo de Derechos Humanos».
También defendió la imposición de aranceles, de hecho, pidió paciencia, que podrá ocurrir «una pequeña sacudida», pero que será pasajero, aunque no dio una salida a cómo se resolverá el problema de la inflación.
Durante el discurso, Trump anunció que recibió una carta del presidente de Ucrania, Vladimir Zelenski, en la cual afirmó que estaba listo para la paz, lo cual observadores interpretan como una señal de Washington hacia la posibilidad de retomar las conversaciones en el punto previo al infeliz altercado entre los dos presidentes en la Casa Blanca.
El mensaje a la nación fue como un mitin de campaña en el cual Trump le habló a su base electoral. No faltaron retórica encendida, falsedades y demagogia, y hasta manipulación de sentimientos (llevar a un niño de 13 años enfermo de cáncer como invitado y hacerlo miembro honorario del Servicio Secreto para cumplir su sueño).
Al final, está claro que se avecinan años de furia política y persistente división. El propio Trump advirtió: «Recién estamos comenzando».