Siete fuentes de toxinas que podría ocultar una taza de café

El café es una de las bebidas más populares del mundo, pero podría tener ciertas sustancias químicas que suponen efectos negativos para la salud, revela el portal Gimme the Good Stuff. El artículo hace referencia a varias toxinas que podrían sumarse al producto en diferentes etapas de su procesamiento.

Cultivo del café

El cultivo del café es un proceso complejo y para maximizar el rendimiento se suelen utilizar tres peligrosos pesticidas: metilparatión, endosulfán y clorpirifós.

El metilparatión es un pesticida químico que anteriormente se utilizaba sólo en campo abierto para controlar plagas. No obstante, ahora está prohibido su uso por ser dañino para la salud humana y el ambiente.

El endosulfán es venenoso para una amplia gama de insectos y ácaros, pero también está prohibido en muchos países por su nocividad.

El clorpirifós es un plaguicida organofosforado ampliamente utilizado en las plantaciones de café para mitigar el daño de los insectos y aumentar el rendimiento. Según revelan los resultados de algunos estudios, el clorpirifós puede causar diversos defectos congénitos y afectar el funcionamiento del cerebro, oídos, ojos, dientes, corazón, pies y genitales.

Tueste del café

A menudo, en el proceso de tueste del café se recurre a aromatizantes, que contienen toxinas, para enmascarar el sabor y el olor de los granos añejos o en mal estado. Además, los recipientes en los que se almacena el café antes de tostarlo también juegan un papel importante, ya que los granos suelen colocarse en depósitos inadecuados que contienen microplásticos, también perjudiciales para la salud humana, por lo que se recomienda utilizar envases de acero inoxidable.

Cápsulas de café

Las cápsulas de café tradicionales no son biodegradables ni reciclables, lo que tiene un impacto negativo en la naturaleza, pero sus efectos en el ser humano también provocan dudas. Por ejemplo, se cree que sus componentes podrían afectar al sistema endocrino humano.

Aparte de las propias cápsulas, que se fabrican de plástico, también merece la pena fijarse en su parte superior, a menudo hecha de aluminio, un metal que se relaciona con efectos tóxicos en los pulmones, el tracto gastrointestinal, el sistema musculoesquelético, el hígado, los riñones y el cerebro.

Agua para preparar café

Si se utiliza agua del grifo para preparar el café, una gran cantidad de toxinas, como cloro, flúor, productos farmacéuticos, perfluorocarbono, pesticidas y otros, podrían ingresar a nuestro organismo. Por lo tanto, se recomienda emplear sistemas de filtración para deshacerse de tales compuestos.

Cafeteras y equipos similares

El uso prolongado de máquinas de café en los hogares podría ser un potencial enemigo para la salud y desencadenar la aparición de dolores de cabeza, alergias, problemas respiratorios y otros percances debido a la presencia de hongos. 

Además, no se recomienda utilizar equipos de plástico y aluminio, cuyos posibles daños se han mencionado anteriormente, y optar por el acero inoxidable, el vidrio o la cerámica.

Vasos desechables

En los vasos desechables fabricados con polietileno también suele emplearse un pegamento en la parte interior que, al añadir agua caliente, se disuelve parcialmente y desencadena el riesgo de provocar daños en los órganos internos. También las tapas de plástico se fabrican a menudo con el bisfenol A, un compuesto relacionado con el cáncer de mama y de ovario, así como con problemas inmunitarios, tiroideos y metabólicos. 

Café descafeinado

Para crear el café descafeinado, los granos a menudo se sumergen en cloruro de metileno, un disolvente que se ha vinculado a un mayor riesgo de cáncer y otros efectos adversos para la salud.

El cloruro de metileno es una toxina dañina asociada con el asma y síntomas similares a la tos. Entre otras menifestaciones también se incluyen confusión mental, fatiga, letargo, dolor de cabeza y dolor torácico. Asimismo, la conversión metabólica del cloruro de metileno a monóxido de carbono puede aumentar el riesgo de enfermedad coronaria preexistente. 

Por último, los expertos llaman la atención sobre las micotoxinas: compuestos perjudiciales producidos por el moho que crece en ciertas plantas, entre ellas el café, si se almacenan en condiciones de humedad o se secan de forma incorrecta.