El Gobierno chino ha emitido este domingo un nuevo reglamento de 63 artículos que impone estrictas restricciones al comportamiento de los funcionarios gubernamentales y miembros del Partido Comunista durante actividades oficiales. El objetivo es erradicar el despilfarro y fomentar una administración de recursos austera, limitando gastos innecesarios durante comidas de trabajo, viajes y recepciones oficiales o actos protocolares.
La normativa establece estándares claros para el uso de fondos públicos y crea un sistema de supervisión del gasto. Entre las disposiciones más destacadas se encuentra la prohibición de consumir platos lujosos, cigarrillos y alcohol en el marco de almuerzos o cenas oficiales.
También se veta el intercambio de regalos, tomar parte en actividades de ocio costosas, «aceptar hospitalidad excesiva«, así como participar en juegos de azar o utilizar fondos gubernamentales para entretenimiento personal durante viajes en el extranjero.
En ese sentido, el artículo 20 prohíbe explícitamente a los funcionarios públicos aceptar o intercambiar regalos como bonos, valores u objetos de lujo que superen ciertos límites. Además, durante los viajes oficiales fuera del país, queda totalmente prohibido utilizar fondos públicos para comprar obsequios o financiar celebraciones entre instituciones gubernamentales o empresas estatales.
En cuanto a los desplazamientos dentro de China, la normativa también restringe varias prácticas habituales. Por ejemplo, no se podrán organizar recepciones en estaciones o aeropuertos, y los funcionarios solo podrán estar acompañados por una persona. También se deben seguir estrictamente los itinerarios y presupuestos aprobados previamente.
El documento recalca que todos los aspectos logísticos de los viajes, como el transporte, la alimentación y el alojamiento, deben ajustarse a estándares previamente establecidos. Está prohibido el uso de vuelos chárter o aviones privados, así como modificar destinos, rutas o la duración del viaje sin autorización previa.