Rusia, China y el mundo árabe unidos contra los bombardeos israelíes
El presidente turco Recep Tayyip Erdogan y el príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohamed bin Salmán, han coincidido en decir cuál es la estrategia ulterior de Benjamin Netanyahu y de la cúpula más cercana del presidente israelí con los ataques desproporcionados contra bases nucleares, objetivos militares, asesinatos de líderes militares, civiles y científicos del gobierno persa.
El presidente turco calificó el ataque como una provocación y amenaza global, instando a la comunidad internacional a que actúe porque «la situación se complica aún más por la postura del presidente, Benjamin Netanyahu, que lo justifica», que no tiene otro fin que arrastrar a toda la región a un conflicto «sangriento y destructivo».
La opinión del príncipe saudí es de que el presidente de Israel, que ya arrastró a su pueblo a esta guerra, trata de «llevar a Estados Unidos a un conflicto regional, aumentando las tensiones en la región».
Los ataques ordenados por Netanyahu fueron rechazados por el emir de Catar, Tamim bin Hamad al Thani, que aseguró que «Catar se solidariza con sus hermanos en Irán y apoya su doctrina de compromiso y diálogo para resolver las disputas y establecer la paz y la seguridad».
Se pronunciaron en esa misma dirección Emiratos Árabes, Omán, Bahréin, Líbano, Jordania e Irak, el primer ministro de Japón, China, Rusia, Chile, Brasil, México, Colombia, Cuba y Venezuela. Solo 5 países mostraron apoyo a Israel.
El presidente ruso, Vladimir Putin, no solo los condenó en el marco de una conversación telefónica con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sino que mostró «su preocupación por una posible escalada del conflicto».
La República Popular China, a través de su cancillería, externó su «preocupación por las graves consecuencias que puede acarrear el ataque israelí contra Irán, y dijo:
«China se opone a cualquier violación de la soberanía, la seguridad y la integridad territorial de Irán, y se opone a acciones que agraven las tensiones o amplíen el conflicto».
El primer ministro de Japón, Shigeru Ishiba, también condenó el pasado viernes el ataque de Israel a objetivos nucleares y militares iraníes, «al tiempo que prometemos trabajar con otros miembros del G7 para aliviar las tensiones».
Pakistán y Corea del Norte, ambas con armas nucleares, manifestaron su respaldo a Irán, y su determinación de apoyar.
El Papa León Vl no solo es reiterativo en llamar a la paz y el respeto al derecho internacional por el conflicto en Gaza, sino que exigió compromiso colectivo para liberar al mundo de la «amenaza nuclear».
Uno de los mensajes más sensatos es el divulgado por la monarquía saudí exhortando a los líderes persas a no dejarse arrastrar por el objetivo ulterior del conflicto que es, en primer lugar, involucrar a todos los actores de Medio Oriente, y, además, desviar la atención del genocidio que propicia Netanyahu contra los hombres, mujeres y niños palestinos en Gaza. La ONU se pronunció condenando el ataque.
Asimismo, varias naciones africanas reaccionaron alarmadas por el bombardeo ordenado por Netanyahu en medio de un proceso de negociación con Estados Unidos. Países africanos hicieron lo propio: Nigeria, Egipto, Argelia, Túnez, Sudáfrica y Sudán, así como la Liga Árabe.
El presidente de Israel actúa fuera de los límites que obligan a los Estados a actuar conforme al derecho internacional, irrespeta la soberanía de otros Estados, sino las libertades y los derechos de aquellos ciudadanos que no responden a su origen étnico. Desviar la atención del genocidio que se lleva a cabo contra Palestina en Gaza es una barbaridad. La locura de Hamas del 7 de octubre contra judíos, no justifica lo que hace Netanyahu con los civiles en Gaza. Son crímenes de guerra.