Gracias al confinamiento por la pandemia de covid-19, el expresidente de EE.UU. Joe Biden y su equipo pudieron disimular por más tiempo las condiciones de su estado de salud, revelan los periodistas Alex Thompson y Jake Tapper en su reciente el libro ‘Pecado original’ (‘Original Sin’, en inglés).
Si bien durante el aislamiento, el político participó en distintos eventos a través de videollamadas desde la comodidad de su casa, no se resolvieron todos los problemas del equipo.
Testimonios recogidos en el libro relatan cómo para la campaña presidencial, los asesores de Biden decidieron grabar un video dirigido a los estadounidenses en el que las tomas tuvieron que repetirse una y otra vez durante horas e incluso después de la edición, solo quedaron un par de segmentos rescatables.
Según describen los autores, el personal utilizó con frecuencia videos en cámara lenta del inquilino de la Casa Blanca para que la gente no se diera cuenta de lo despacio que caminaba en tiempo real, y utilizó ediciones adicionales para descartar sus tropiezos.
La salud de Biden, el presidente de mayor edad en la historia de EE.UU., fue duramente cuestionada a lo largo de su mandato, pues el político constantemente cometía errores en discursos públicos y se tropezaba.