Un artículo publicado por Newsweek subraya nuevas investigaciones que vinculan el consumo de cacao con beneficios importantes para la salud cardiovascular. Aunque tradicionalmente asociado al placer sensorial y al disfrute ocasional, el chocolate amargo podría desempeñar un papel más relevante en el cuidado del corazón, de acuerdo con estos estudios científicos.
Una encuesta realizada por YouGov a 5.182 adultos reveló que el 49% de los encuestados prefiere el chocolate con leche, mientras que el 34% se inclina por el chocolate amargo. Si bien estas cifras evidencian una clara preferencia por opciones más dulces, la creciente conciencia sobre los beneficios del cacao podría impulsar un cambio en los hábitos de consumo.
El chocolate amargo, más allá de su sabor intenso y característico, ha ganado reconocimiento como posible aliado en la reducción de la presión arterial y en la mejora de diversos indicadores de salud cardiovascular. Su aporte va más allá del gusto: podría tener implicancias concretas en la prevención de enfermedades crónicas.
Flavan-3-oles: compuestos claves para el corazón
De acuerdo con Newsweek, una investigación publicada en el European Journal of Preventive Cardiology proporciona evidencia contundente sobre los beneficios del cacao. El estudio en cuestión analizó 145 ensayos clínicos controlados sobre los efectos de los flavan-3-oles, compuestos naturales presentes en alimentos como el cacao y también en el chocolate amargo.
Los resultados de la investigación muestran que la ingesta regular de estos compuestos está asociada con una reducción significativa de la presión arterial, en particular entre personas con hipertensión o niveles elevados. Según los investigadores, en algunos casos los efectos alcanzados son comparables a los que ofrecen ciertos medicamentos utilizados para controlar la presión.
No obstante, los especialistas subrayan que el cacao no debe considerarse un sustituto de tratamientos médicos. Su consumo debe verse como parte de una estrategia complementaria, dentro de una dieta saludable y supervisada, y nunca como reemplazo de intervenciones terapéuticas convencionales.
Consumo moderado y recomendaciones de expertos
El profesor Christian Heiss, de la Universidad de Surrey, citado por Newsweek, ha enfatizado la importancia de consumir cacao o chocolate amargo con moderación. A pesar de sus efectos potenciales sobre la presión arterial y la salud vascular, este alimento suele contener cantidades elevadas de azúcar, grasa y calorías, factores que podrían contrarrestar sus ventajas si se consume sin control.
Heiss recomienda elegir variedades con al menos 70% de cacao y consumir porciones reducidas, de entre 20 y 30 gramos por día, lo que equivale a unos pocos cuadraditos.
Además, sugiere el uso de cacao en polvo no alcalinizado como una alternativa más saludable, especialmente para preparar bebidas calientes que podrían reemplazar opciones más calóricas como el café con leche.
“Una porción de unos 20 a 30 gramos al día, o unos cuantos cuadritos, es una cantidad razonable”. Asimismo, destaca que dos o tres cucharadas de cacao puro podrían actuar como un sustituto funcional, conservando las propiedades beneficiosas sin los excesos asociados al chocolate comercial.
Efectividad a largo plazo y monitoreo personal
Newsweek indica que los beneficios cardiovasculares atribuidos a los flavan-3-oles dependen de una ingesta constante y sostenida en el tiempo. Las grandes cantidades consumidas de manera esporádica no ofrecen los mismos efectos que una dosificación diaria moderada y persistente. Por ello, el control en la cantidad y la frecuencia es clave para obtener resultados.
También se enfatiza la importancia de un seguimiento regular de la presión arterial, especialmente en personas con antecedentes de hipertensión. Medirse en casa permite identificar de forma precisa cualquier variación asociada a la incorporación de chocolate negro o cacao en la dieta.
En ese sentido, las estadísticas de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) refuerzan la urgencia de abordar la hipertensión como un problema de salud pública. Según el organismo, casi la mitad de la población adulta en Estados Unidos padece esta condición, lo que eleva el riesgo de padecer enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.
Los CDC recomiendan una combinación de acciones preventivas que incluyen mantener un peso saludable, practicar ejercicio físico de forma regular, evitar el tabaco, moderar el consumo de alcohol y procurar un descanso adecuado. Una alimentación equilibrada con inclusión de compuestos como los flavan-3-oles puede complementar estas medidas.
Más allá de la presión arterial: beneficios vasculares
Además de sus efectos sobre la presión, los flavan-3-oles también influyen positivamente en la función del endotelio, que es el revestimiento interno de los vasos sanguíneos. Este tejido cumple un papel crucial en la regulación del flujo sanguíneo y en la prevención de enfermedades vasculares. Los estudios indican que el consumo habitual de cacao mejora la salud endotelial incluso en ausencia de cambios visibles en la presión arterial.
Pequeñas dosis diarias de chocolate amargo o cacao en polvo podrían constituir un recurso accesible y placentero para proteger el corazón. Así, el acto de disfrutar un cuadradito de chocolate amargo junto a una taza de té se transforma en una decisión nutricional con implicancias positivas para la salud vascular.
El mensaje final de los especialistas es claro: el cacao, consumido con moderación y en su forma más pura, puede ser un aliado cotidiano en la prevención de enfermedades cardiovasculares. No se trata de una solución mágica, sino de un complemento estratégico dentro de un estilo de vida consciente y balanceado.