El café es la Segunda bebida más consumida del mundo.
Por eso no resulta raro que frecuentemente recibamos noticias de estudios sobre sus daños o beneficios.
El principal principio activo del café es la cafeína. Esta sustancia pertenece al grupo de las metilxantinas, moléculas que funcionan como estimulantes del sistema nervioso central.
La FDA de Estados Unidos clasifica la cafeína como sustancia generalmente segura hasta los 400 miligramos diarios, lo que es igual a 4 tazas de café.
El consumo de café a largo plazo se vincula a un riesgo menor de diabetes mellitus, una de sus más difundidas virtudes.
Pero el café no es para todo el mundo, definitivamente.
Por ejemplo, fomenta procesos inflamatorios en muchos individuos que provocan distintos males, particularmente de las articulaciones.
Las variaciones en la respuesta individual a la cafeína se pueden explicar por cambios del gen de CYP1A2.
Personas con defectos de CYP1A2 pueden tener menor metabolismo y efectos prolongados tanto deseados como indeseados.
Insomnio y/o dolores en las articulaciones, son los más característicos.
