Nueva Delhi, 6 feb (Prensa Latina) La llegada a India de los primeros deportados por Estados Unidos por entrada ilegal al país norteamericano, causa hoy debate y conmoción en la prensa de la nación surasiática.
De acuerdo con la agencia de noticias Press Trust of India (PTI), un avión militar estadounidense aterrizó la víspera en Amritsar, capital del estado de Punjab, con 104 indios expulsados por el gobierno del presidente Donald Trump como parte de una ofensiva antiinmigrante que decidió llevar a cabo cuando juró el cargo el 20 de enero último.
De los deportados, 19 son mujeres y 13 menores, incluido un niño de cuatro años de edad y dos niñas de cinco y siete años.
El medio noticioso subraya que la acción estadounidense se produjo pocos días antes de la visita del primer ministro Narendra Modi a Washington para mantener conversaciones de amplio alcance con Trump.
Con el regreso a India, el sueño de una vida mejor en Estados Unidos terminó para esos inmigrantes después de enfrentar largos vuelos a Sudamérica, peligrosos viajes en barco, caminatas difíciles y duras detenciones en la frontera entre Estados Unidos y México, según PTI.
La agencia noticiosa de India divulgó la experiencia de Harvinder Singh, quien pagó más de cuatro millones de rupias (casi 50 mil dólares), a un agente por una visa de trabajo prometida para Estados Unidos; pero no contó con el trámite pagado.
En cambio, lo enviaron al país norteamericano en varios vuelos, primero a Qatar y luego a Brasil; después caminó por las montañas en Panamá, donde atestiguó la muerte de otro inmigrante.
Después, de conjunto con otros migrantes, fue colocado en un pequeño bote para un viaje de cuatro horas a través del mar hacia la frontera con México; la embarcación se volcó durante el viaje, con el deceso de otra persona, según comentó Harvinder a la fuente noticiosa.
Durante su calvario, sobrevivieron con pequeñas porciones de arroz, dijo.
Otro inmigrante, Sukhpal Singh, de la aldea de Darapur, enfrentó también una experiencia desgarradora durante su intento, viajando 15 horas por mar y con caminatas de entre 40 y 45 kilómetros a través de colinas peligrosas.
«Los que resultaron heridos se quedaron atrás. Vimos muchos cadáveres», afirmó Sukhpal, cuya viaje terminó cuando fue capturado justo antes de cruzar a Estados Unidos.
«Estuvimos encerrados en una celda oscura durante 14 días, sin ver nunca la luz del día. Hay muchos más punjabis, familias y niños en situaciones similares», agregó, aconsejando a otros que no tomen rutas ilegales para viajar al extranjero.