¿Dónde deben cifrarse las apuestas del país?

Si República Dominicana ha mostrado un empuje económico envidiable en las regiones Centroamericana y caribeña en las últimas tres décadas basado en el buen desempeño de los renglones tradicionales de la economía, como el turismo, las zonas francas, los servicios, la industria, la agropecuaria, la minería y la construcción, entre otros, llegó el momento de que asumamos una agenda enfocada en la innovación tecnológica como eje central de la captación de nuevas inversiones en ese renglón, generación de empleos de calidad y de divisas con un desarrollo sostenible.

Los dominicanos no podemos seguir imitando el avestruz que hunde el pico en la arena sin que nos deje ver la celeridad de los acontecimientos a nivel global y sin calcular nuestro futuro a largo plazo, pues los renglones que nos sirven de sustento en el presente, en el futuro se volcarán contra nuestra economía por no saber dar el salto cualitativo.

El país puede continuar impulsando los sectores que han servido para llegar al punto en que estamos hoy, pero cada vez, incluso en esa esfera, seremos menos competitivos con otras naciones que están entendiendo los cambios que se registran en el mundo de los negocios bajo modelos innovadores que pretenden revolucionar sus economías.

Sorteados los escollos coyunturales de pandemia e inflación, la principal inversión que República Dominicana puede hacer para apostar al futuro es la innovación tecnológica y el capital humano. Los organismos internacionales reconocen que nuestro país ha reducido la tasa de pobreza de manera significativa en los últimos años, lo que ha favorecido la expansión de la clase media, sin embargo eso no toca a buena parte de nuestra población.

Hay una asimetría que debemos superar, de manera que cada día más dominicanos tengan acceso a los empleos de calidad y a los servicios básicos.

La tasa de pobreza en áreas rurales persisten a niveles elevados, mientras las familias que residen en esas zonas no tienen un futuro claro para sus hijos.

En el año de la pandemia, el Índice de Capital Humano para una recién nacida fue solo la mitad de lo productiva que podría ser a lo largo de su vida, si recibiese una educación completa y atención médica adecuada. Aunque se han alcanzado grandes retos en aspectos de acceso a la educac ión y la salud, no obstante la calidad educativa sigue siendo pésima a pesar de que dedicamos el 4 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) al Ministerio de Educación.

El país reclama rescatar esas vidas jóvenes de los barrios y los campos que sus oportunidades son casi nulas, pues cuando pasan los años de esos niños, luego jóvenes, no tienen otro camino que el “motoconcho”, los varones, mientras que las hembras se ven obligadas a irse a una casa de familia a trabajar. Hay un tercer camino que es el de la delincuencia, una oferta que está 24/7 conviviendo con ellos.

El país tiene que desplegar esfuerzos en mejorar la calidad de la educación, pero también debe crear los politécnicos como el ITLA, donde se formen los futuros cuadros que tendrán, a su vez, la responsabilidad de ingresar a las empresas de tecnologías que se instalen en el país.

El propio Instituto de Formación Técnico Profesional (INFOTEP) debe cambiar la visión con la cual fue creado, que ha sido beneficioso para el país, pero viendo la innovación tecnológica como paradigma.

La Inteligencia Artificial (IA), la nanotecnología, la mecatrónica y el metaverso, el internet del futuro, avanzan de manera exponencial, mientras República Dominicana o aparenta estar observando el tren pasar cuando no pasa el último vagón y nos quedamos rezagados en la estación como perico en la estaca.

Para este año 2022 hay creadas muchas expectativas en torno a las tendencias tecnológicas. Hay que encargar a un grupo de gestión para que explore en qué están los proyectos de creación de institutos tecnológicos, pues no es verdad que todos nacimos para cursar una carrera universitaria.

Me encuentro con cantidad de jóvenes que no desean ir a la universidad a terminar una carrera, pero se sienten a gusto si se les dala oportunidad de graduarse en Ciencias de la Informática, mecatrónica, nanotecnología y otras carreras como ciberseguridad y en otros ámbitos de las nuevas tecnologías.

De acuerdo con declaraciones ofrecidas al portal BoombergLínea, el gerente de IBM para Colombia, Patricio Espinosa, ha dicho que este año que inicia 85 millones de puestos de trabajo se podrían quedar sin cubrir en el mundo por falta de talento calificado.

En República Dominicana, aunque somos un país bien comunicado y nuestros jóvenes poseen una tendencia de aprender rápido los nuevos códigos del ecosistema digital, la brecha sigue siendo considerable. Si en este momento el desafío del país es enorme para podernos insertar en la competencia de los recursos humanos de estos tiempos, si nos quedamos de brazos cruzados para el 2025 no existiremos.

En tres años habrá que reentrenar el 50 por ciento de los profesionales del mundo, de acuerdo con cálculos del Foro Económico Mundial.

Tenemos que provocar la revolución que necesita el país para ser competitivos, pues al desempleo que existe hoy se van a agregar aquellos puestos que dejaran libres, incluso, aquellos profesionales calificados, junto a las personas de un bajo nivel educativo.