Por: María Alejandra Lazala
República Dominicana volvió a tener grandes inundaciones debido a las lluvias originadas por un disturbio tropical el pasado fin de semana, que dejó a su paso 25 personas fallecidas, derrumbes, inundaciones y cuantiosas pérdidas económicas.
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Y es que a propósito de esta tragedia que nos remontó al fatídico 4 de noviembre del año pasado, recordamos el trabajo realizado sobre los problema del drenaje pluvial en el Gran Santo Domingo. «Resolver el problema del drenaje pluvial y sanitario, un tema de décadas, tomaría de 20 a 30 años», arquitecto Marcos Barinas.
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“Resolver el problema del drenaje pluvial y sanitario, un tema de décadas, tomaría a las autoridades de 20 a 30 años”, dijo el arquitecto Marcos Barinas
Desde las 5:00 de la tarde del pasado 4 de noviembre de 2022, los efectos provocados por una onda tropical y una vaguada se hizo sentir fuertemente en el Gran Santo Domingo, especialmente en el Distrito Nacional, dejando a su paso inundaciones, desbordamiento de cañadas, arrastre de vehículos, así como el colapso en las vías públicas afectando por horas el tránsito, significativos daños materiales y al menos nueve personas fallecidas.
Para el meteorólogo John Morales los torrenciales aguaceros acontecidos en el gran Santo Domingo, lo define como el fenómeno cisne negro, que no tenían forma de predecirlo más allá de las alertas meteorológicas que se emitieron desde ese viernes en la mañana.
Ninguna de estas informaciones oficiales pudo alertar en justa medida sobre la cantidad de agua que iba a caer y su impacto. La ciudadanía fue testigo de una catastrófica inundación de 70 milímetros de lluvias en tres horas.
Esta inundación en la capital dominicana dejo cuantiosas pérdidas, poniendo en evidencia una vez más, el problema del drenaje pluvial que durante años ha afectado la cuidad y que, según el geólogo Osiris de León, la combinación de mucha lluvia en poco tiempo, un drenaje limitado debido al crecimiento de la ciudad y la cantidad de basura lanzada a las calles, tienen como resultado una inundación.
Los 800 imbornales que tiene la ciudad de Santo Domingo, de los cuales 420 existentes en el polígono central se taparon al instante con las basuras colocadas en fundas plásticas en las aceras y contenes, esto impidió que las agua fluyeran a los imbornales, esto según ambientalistas.
Fatídico viernes
“Trabajo a tres cuadras de mi casa y duré casi cinco horas en un tapón con mis hijos en el vehículo, niños asustados, desesperados, el celular sin batería y el agua subiendo sin piedad”, dijo a Reseñas Rosa Adames.
Asimismo, Carlos Peralta sostuvo que ese viernes parecía una verdadera película de terror, al tiempo de manifestar que, “Lamentablemente será un día que jamás olvidare”.
Fue un fatídico viernes, un caos, el agua entro en las casas, locales comerciales, parqueos, se hicieron lagunas, hasta una estación del metro de Santo Domingo se inundó.
Un día en que nueve familias fueron sorprendidas por la muerte a consecuencia de los tempestuosos aguaceros que llevaron a miembros de la Defensa Civil, de la Unidad de Respuesta Humanitaria del Ejército Dominicano, al Comando Anfibio de la Armada Dominicana, unidades de la Policía Nacional, del Cuerpo de Bomberos y del Sistema 911, a un arduo operativo de búsqueda y rescate de personas desaparecidas en la Cañada La Arenita de la Puya de Arroyo Hondo, ríos Ozama e Isabela y Mar Caribe, en la capital, teniendo como resultado este triste desenlace.
Sistema de drenajes en muy mal estado
Según expertos en temas ambientales, la ciudad de Santo Domingo solo cuenta con el 30% de la red de imbornales y por la ausencia de limpieza en las parrillas colectoras, los contenes y aceras se tapan, saturando los desagües, esto por la falta de conciencia ciudadana y el carente drenaje pluvial y planificación desorganizada del crecimiento vertical de la ciudad.
En ese sentido, el jefe del cuerpo de Bomberos del Distrito Nacional, general José Luis Frometa, explicó que se deben implementar programas de limpieza permanente del sistema pluvial y sanitario, así como un régimen de consecuencias para sancionar a los ciudadanos que lanzan basura en las calles.
El arquitecto y urbanista Marcos Barinas Uribe manifestó, que el sistema de drenajes está tan mal, que aún teniendo la zona una ubicación tan privilegiada, se puede inundar.
“La ciudad de Santo Domingo se inunda porque tenemos varias décadas de negligencia con el tema de los sistemas de drenaje, no solo el pluvial, que fue el protagonista de los eventos del viernes 4 de noviembre, sino también el sanitario que de alguna manera siempre tiene prioridad”, explicó Barinas.
Señaló que resolver el problema del drenaje pluvial y sanitario, un tema de décadas, tomaría a las autoridades de 20 a 30 años, al resaltar que existe un plan al respecto. “Existe un plan para el alcantarillado sanitario que hizo la Corporación de Acueducto de Alcantarillados de Santo Domingo (CAASD), institución a cargo, tanto del drenaje sanitario como del alcantarillado pluvial y el acceso al sistema básico de aguas potables”, indicó.
Niveles a trabajar
El experto en urbanismo enfatizó que hay que trabajar en tres niveles para buscar solución a las inundaciones y mejorar la ciudad: el global, con el ordenamiento territorial; el de las autoridades, que deben trabajar en mejorar la ciudad con planes a favor de los drenajes pluvial y sanitario, así como los ayuntamientos con las normativas y los planeamientos urbanos; y lo que concierne con el cambio climático.
Precisó, que se debe trabajar en una política local con el ordenamiento territorial que implique hacia dónde deben crecer las ciudades, porque entiende que en el país se construye hacia cualquier lugar, incluso hasta los que se inundan, como el caso de los cauces de los ríos y cañadas.
Como también, darle continuidad a la necesaria Ley de Ordenamiento Territorial que obligue a los ayuntamientos a planificar su crecimiento de manera ordenada y entender que el crecimiento económico es deseado, pero que el mismo tiene que estar acompañado del bienestar físico de las personas, donde el drenaje pluvial y sanitario sea necesario y de prioridad.