El propietario del centro nocturno Jet Set, empresario Antonio Espaillat, ofreció nuevos detalles sobre las condiciones estructurales del establecimiento al momento del colapso que dejó 232 muertos y al menos 189 heridos el pasado 8 de abril.
“El sonido del Jet Set no dependía del techo, sino de las paredes. Los bajos, que son los que más pesan, iban en el piso, y las bocinas, que eran modernas y relativamente pequeñas, se instalaban en las paredes”, explicó.
Aseguró que el sistema de sonido no tenía conexión directa con el techo del local, como se ha especulado.
Además, indicó que las bocinas utilizadas para las presentaciones en vivo, unas seis o siete, estaban colgadas exclusivamente en la tarima.
Espaillat negó que se hubiera advertido alguna vez el posible efecto del sonido sobre la estructura.
En cuanto a la seguridad del local, el empresario informó que Jet Set contaba con cinco salidas de emergencia, incluida la puerta principal. Las demás estaban ubicadas al fondo del establecimiento, detrás de la tarima y en el área del bar principal, por donde ingresaban los empleados. “Ninguna estaba cerrada por fuera. Todas estaban habilitadas”, sostuvo.
También señaló que el Jet Set fue sometido a dos remodelaciones importantes durante los 30 años que operó en ese local: Una en el año 2000 y otra en 2015. Ambas incluyeron cambios en la tapicería, alfombras, mesas y anexos, realizados, según sus palabras, por personal calificado y sin comprometer la estructura del edificio.
“Para todo lo que hicimos, siempre contratamos ingenieros expertos en el área”, concluyó Espaillat, en declaraciones a la periodista Edith Febles.