En una fría isla del norte, se eleva un mantra: “Groenlandia no está en venta”

En un barco, rodeado de icebergs en varios tonos de azul y montañas cubiertas de nieve, Qooqu Berthelsen señala el desprendimiento del hielo marino como una señal preocupante.

No obstante, ahora algo le inquieta a él y a muchos groenlandeses tanto como el retroceso del hielo que pone en peligro su sustento.

“Mi preocupación”, dice el cazador, pescador y propietario de una empresa turística de 23 años, “es que Trump venga y se apodere de Groenlandia”.

Luego repite lo que se ha convertido en un mantra para los groenlandeses en las semanas desde que el presidente estadounidense Donald Trump puso a su patria ártica bajo los reflectores al amenazar con apoderarse de ella, lo cual ha encendido un interés sin precedentes en la independencia total de Dinamarca, un tema clave en una elección parlamentaria el 11 de marzo.

“Los groenlandeses no quieren ser daneses. Los groenlandeses no quieren ser estadounidenses”, agregó Berthelsen.

“Groenlandia no está en venta”, afirma.