FMI alerta guerra arancelaria ha provocado riesgos en estabilidad financiera mundial

El Fondo Monetario Internacional (FMI) asegura que la guerra arancelaria ha provocado un aumento significativo de los riesgos para la estabilidad financiera mundial, principalmente por unas condiciones financieras más restrictivas y una mayor incertidumbre.

Su último Informe de Estabilidad Financiera Global, que evalúa las vulnerabilidades del sistema financiero y que se ha publicado este martes en el marco de las reuniones de primavera del organismo y del Banco Mundial, evidencia que los riesgos se han acelerado desde que el presidente estadounidense, Donald Trump, recrudeció en abril su ofensiva comercial.

Los aranceles pueden reconfigurar las cadenas de suministro y exigir nuevos procesos de cumplimiento, lo que eleva los costes de los bancos y reduce su interés en la concesión de préstamos.

Además, la restricción de la disponibilidad de crédito intensifica la presión de impago, lo que genera una espiral negativa de reducción de los volúmenes de financiación y comercio.

Entre las vulnerabilidades en las que el FMI apoya su conclusión se encuentra la creciente concentración de los mercados de capitales. Estados Unidos, según se precisa en su blog, representa casi el 55 % del mercado bursátil mundial, frente al 30 % de hace dos décadas, y las valoraciones de algunos activos siguen elevadas pese a las recientes ventas masivas.

A esto se suma que las instituciones financieras no bancarias se han mostrado desde 2008 más activas a la hora de canalizar el ahorro hacia inversiones y sus vínculos con los bancos no han dejado de crecer.

Nuevas ventas de activos las podrían poner a prueba y el consiguiente desapalancamiento del sector podría exacerbar las turbulencias.

El informe añade que, aunque la expansión de la intermediación financiera por parte de entidades no bancarias afecta positivamente a la economía, un crecimiento excesivo basado en el endeudamiento con bancos tradicionales puede hacer que ambos tipos de prestamistas sean más susceptibles a riesgos de contagio.

En un momento en que se anticipa una ralentización del crecimiento mundial (al 2,8 % en 2025 y al 3 % en 2026, cinco y tres décimas menos que lo previsto en enero), el FMI indica que la capacidad de reembolso de los prestatarios podría deteriorarse, provocando pérdidas a los fondos privados y los bancos asociados.

Su advertencia también se justifica en el aumento de los niveles de deuda soberana y en el hecho de que «aparentemente» su avance es superior al crecimiento de las infraestructuras encargadas de garantizar el buen funcionamiento de los mercados.