Los candidatos presidenciales de Guatemala reanudaron sus campañas rumbo a la segunda vuelta electoral, prevista para el 20 de agosto, en medio de un clima de incertidumbre luego de la crisis que estalló la semana pasada y que estuvo a punto de modificar por completo el panorama político del país centroamericano.
Sandra Torres, abandera del partido Unidad Nacional de la Esperanza (UNE); y Bernardo Arévalo, del partido de izquierda Movimiento Semilla, realizaron una serie de actos masivos durante el fin de semana en un intento de normalizar la contienda.
El proceso se vio alterado por completo el miércoles pasado, cuando el fiscal Rafael Curruchiche logró que el juez Fredy Orellana suspendiera al Movimiento Semilla por supuesta falsificación de firmas, lo que implicaba la inhabilitación de Arévalo para pasar a segunda vuelta. Ahora, hay múltiples movilizaciones que exigen la renuncia de ambos.
Las suspicacias sobre un intento de manipulación estallaron de inmediato, ya que si Arévalo no participara en el balotaje, su lugar sería ocupado por Manuel Conde, el candidato del partido del presidente Alejandro Giammattei, quien quedó en el tercer lugar en la primera vuelta que se celebró el pasado 25 de junio.
El repudio unánime de la comunidad internacional y las protestas en Guatemala lograron frenar lo que Arévalo y diversas personalidades calificaron como «un golpe de Estado técnico», ya que no respetaba el voto popular y afectaba al sistema democrático.
La decisión de Curruchiche y Orellana provocó una de las crisis más graves de los últimos años en Guatemala, que se atemperó cuando el Tribunal Supremo Electoral confirmó la fecha y los participantes de la segunda vuelta, mientas que la Corte de Constitucionalidad le otorgó un amparo a Semilla para proteger sus derechos políticos.
Pero la tensión se mantiene, ya que falta más de un mes para los comicios y se teme que haya nuevas maniobras para sacar a Arévalo de la contienda.
Denuncias y promesas
Arévalo aprovechó los primeros actos de campaña, ya confirmado como candidato, para reiterar las denuncias contra el fiscal y el juez que intentaron impedir su participación en la segunda vuelta.