Esta gestión del vicealmirante Luis Rafael Lee Ballester al frente de la Dirección de Migración ha desnudado la gravedad del tráfico de haitianos ilegales a través de la frontera.
Nunca antes el país había visto tanta actividad de trata detenida in fraganti, y era hora de combatir este delito sin miramiento, pues de qué sirve deportar haitianos si mafias encabezadas por dominicanos, civiles y militares, los traen a nuestro territorio fácil e impunemente.
Sin embargo el mismo hecho de las muchas interdicciones evidencia que los traficantes de haitianos no se arredran y seguramente mientras unos son atrapados, otros logran evadir a las autoridades.
Por algo la alta presencia de parturientas haitianas en los hospitales dominicanos.
Lee Ballester debe recibir todo el apoyo del gobierno y de los buenos dominicanos para que aquello malos no se salgan más con la suya. Y el Ministerio Público y la justicia jugar su rol sin contemplaciones.
