Incorporado desde hace siglos en tradiciones culinarias y medicinales del sur de Asia, el jengibre ha trascendido su papel como condimento para convertirse en uno de los ingredientes naturales más valorados por sus beneficios para la salud.
Según Harvard Health y el medio especializado Medical News Today, existen evidencias científicas que respaldan su uso terapéutico en diversas áreas del bienestar físico.
Una raíz con múltiples aplicaciones
Presente hoy en supermercados y tiendas de alimentos naturales, el jengibre se puede consumir de muchas maneras: fresco, en polvo, como infusión, en shots concentrados, e incluso en suplementos. Su versatilidad lo ha convertido en un componente común tanto en preparaciones saladas como dulces.
Más allá de su sabor distintivo, los expertos lo consideran un superfood, a la altura del aceite de oliva o la crema de cacahuate, debido a su capacidad de contribuir con procesos clave en el organismo. El jengibre actúa en varios frentes: digestión, dolor, sistema inmune, inflamación y más.
Propiedades respaldadas por la ciencia
Según datos recopilados por Harvard Health, el consumo de jengibre puede aliviar trastornos digestivos, náuseas, mareos y la inflamación intestinal. También se le atribuye una función analgésica moderada.
En tanto, Medical News Today aclara que los antioxidantes presentes en esta raíz tienen un papel preventivo y terapéutico frente a enfermedades como la artritis, infecciones, diabetes e incluso algunos tipos de cáncer.
Su acción antiinflamatoria lo convierte en un recurso natural útil para complementar tratamientos médicos, siempre bajo asesoría profesional.
Además, su efecto positivo sobre el sistema cardiovascular y su potencial para regular el colesterol y apoyar la pérdida de peso lo han convertido en un ingrediente recurrente en rutinas de alimentación saludable.
Formas de consumo y eficacia
El impacto del jengibre puede variar según su forma de consumo:
Suplementos: Aunque prácticos, pueden tener un contenido reducido de vitaminas y minerales en comparación con el jengibre fresco.
Raíz fresca: Aporta la mayor concentración de nutrientes y puede conservarse hasta dos meses.
Jengibre en polvo: Aunque tiene propiedades similares al fresco, su efecto antiinflamatorio es ligeramente menor.
Té de jengibre: Elaborado con jengibre seco, es una opción suave para incorporarlo de manera regular, aunque con beneficios moderados.
Shots concentrados: Altamente populares, contienen vitamina C, magnesio y potasio. Están indicados para reforzar el sistema inmune, facilitar la digestión, reducir el dolor y apoyar la pérdida de peso.