Los hermanos parricidas Menéndez, condenados a cadena perpetua, podrían salir con libertad condicional

Los hermanos Erik y Lyle Menéndez, que ya llevan en prisión más de 30 años por el asesinato de sus padres, volvieron a ser condenados este 13 de mayo a penas que oscilan entre los 50 años y la cadena perpetua con posibilidad de libertad condicional, en lugar de la cadena perpetua sin libertad condicional, informó el New York Times este martes. 

Un tribunal de Los Ángeles tomó la decisión tras el testimonio de familiares que afirmaron que los hermanos habían participado en programas educativos durante años en prisión, ayudando a otros reclusos, lo que también fue confirmado por numerosas cartas de funcionarios de la cárcel en apoyo a los hermanos.

«No estoy sugiriendo que deban ser liberados«, afirmó el juez. «Eso no me corresponde decidirlo a mí». «Creo que han hecho lo suficiente en los últimos 35 años para tener esa oportunidad», añadió.

No obstante, el juez señaló que se trataba de un delito «absolutamente atroz» al dictar su sentencia, pero el destino de los hermanos dependerá de la junta estatal de libertad condicional, ante la que comparecerán el 13 de junio en el marco de una revisión de clemencia.

  • En agosto de 1989, los hermanos acabaron con la vida de sus progenitores. Mientras sus padres, José y Kitty Menéndez, se encontraban en la sala familiar de su vivienda, les dispararon varias veces a quemarropa con una escopeta. Si bien admitieron el parricidio, insisten en que lo hicieron por miedo y en defensa propia, después de toda una vida de abusos físicos, emocionales y sexuales a manos de sus padres.