Luis Rubiales quedó en libertad y a disposición de lo que decida una jueza, tras ser detenido por agentes de la Guardia Civil, en el aeropuerto de Barajas, a su regreso a Madrid, este miércoles 3 de abril.
El objetivo de la detención fue leerle sus derechos, interrogarlo e intervenir sus dispositivos móviles.
Rubiales se encontraba en el extranjero cuando el pasado 20 de marzo estalló el escándalo por la denominada ‘Operación Brody’ tras el registro de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil a la sede de la Federación. Las autoridades investigan presunta corrupción por contratos irregulares de la RFEF que habrían tenido lugar desde 2018, etapa en la que Rubiales se encontraba frente a la organización deportiva.
Bajo el marco de esa pesquisa, Luis Rubiales- junto a otras personas relacionadas con la Federación Española de Fútbol- está siendo investigado por los presuntos delitos de corrupción en los negocios, administración desleal y blanqueo de capitales, por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 de Majadahonda, en Madrid, destaca la prensa local.
Su retención tuvo lugar, luego de que el pasado lunes 1 de abril, la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil (UCO) registró, junto a fuerzas de seguridad de República Dominicana, el alojamiento temporal de Rubiales en la nación del Caribe.
Además, su vivienda en Granada, en el sur de España, fue registrada por las autoridades el pasado 20 de marzo, en el marco de la misma operación judicial.
¿Qué investiga la Guardia Civil?
En la operación, en coordinación con el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº4 de Majadahonda, Fiscalía Especial contra Corrupción y la EUROPOL, se investigan presuntos contratos ilegales, entre ellos el del traslado de la Supercopa a Arabia Saudí, firmado por el entonces presidente federativo con el exfutbolista Gerard Piqué.
También investigan si, durante su mandato, Rubiales asignó obras de la RFEF a la constructora Gruconsa «a cambio de que realizara pagos» a una sociedad denominada Dismatec Sport, que era administrada por su amigo Francisco Javier Martín Alcaide, alias ‘Nene’.