Quincy Jones, uno de los músicos más polifacéticos de las últimas décadas, con contribuciones importantes a géneros como el jazz, el pop, el funk o el soul y productor de algunas de las más destacadas estrellas de la música, murió a los 91 años.
El ganador de 27 premios Grammy y miembro del Salón de la Fama del Rock & Roll falleció en la noche del domingo en su casa en el barrio Bel Air de Los Ángeles, rodeado de su familia. «Con el corazón lleno pero roto, debemos compartir la noticia del fallecimiento de nuestro padre y hermano Quincy Jones. Y aunque esta es una pérdida increíble para nuestra familia, celebramos la gran vida que vivió y sabemos que nunca habrá otro como él», dijo la familia Jones en el comunicado emitido por el promotor que difunden medios locales.
Educado en el mundo del jazz, Jones se convirtió en una de las figuras más formidables de la música pop. Recogió seis de sus 27 premios Grammy por su álbum de 1990 «Back on the Block» y fue tres veces galardonado como productor del año, recuerda la prensa especializada.
De la amplia gama de actividades realizadas por Quincy Jones destaca la composición sinfónica titulada «Black Requiem» estrenada por la Orquesta Sinfónica de Houston con un coro de 80 voces, con Ray Charles como solista, así como la producción de los discos «Thriller», en 1987, y «Bad«, dos de los últimos y más premiados trabajos de Michael Jackson.
Durante nueve años, 1980 a 1989, Jones se dedicó a producir discos de sus amigos: Michael Jackson, Chaka Khan, James Ingram o Patti Austin, y de otros artistas célebres como: Frank Sinatra o Donna Summer, así como a componer entre otras, la banda sonora de la película «El color púrpura», de Steven Spielberg.
Asimismo, su nombre llegó a los titulares internacionales en 1985 como productor de «We Are the World» de USA for Africa, sencillo dedicado a la ayuda a la hambruna en África, canción escrita por Michael Jackson con Lionel Richie y que incluyó las voces de grandes estrellas.