El nuevo primer ministro de Haití, Garry Conille, dijo en entrevista con la AFP que no dudó en aceptar el cargo pese a la situación «extremadamente compleja» del país y prometió a la población acciones y «transparencia» ante la misión internacional que tiene como objetivo acabar con la violencia de las pandillas.
Médico de formación y exdirector regional de Unicef, Conille estuvo de visita en Washington esta semana, donde habló con el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, sobre la fuerza multinacional liderada por Kenia, cuyo primer contingente llegó el 25 de junio a Haití para apoyar a la policía frente a las bandas criminales.
El nuevo gobierno provisional haitiano hereda una situación «extremadamente compleja», afirma Conille, con el 80% de su capital, Puerto Príncipe, en manos de las pandillas, casi «600,000 desplazados, infraestructuras prácticamente inexistentes, ministerios que «ya no tienen oficinas» y una fuerza policial por «fortalecer».
El primer ministro celebró el «entendimiento» que permitió la formación de un gobierno de transición luego de la dimisión en marzo de su antecesor, el controvertido Ariel Henry.
El consejo presidencial de transición surgió tras arduas negociaciones y nombró a un gobierno que tiene la misión de dirigir el país hasta principios de 2026, cuando está previsto que se celebren elecciones, las primeras en Haití desde 2016.