EE.UU. y sus aliados llevan a cabo una política antichina en el ámbito de los semiconductores, imponiendo restricciones para impedir el acceso de Pekín a las tecnologías de vanguardia y tratar de contener el gigante asiático en los sectores tecnológico, científico y militar. Al mismo tiempo, China reacciona a estas sanciones no solo adaptándose a las condiciones cambiantes, sino aplicando también sus propias medidas de respuesta. Entre tanto, expertos advierten de las graves consecuencias que podría traer esta creciente confrontación.
Washington vs. Pekín: medidas y contramedidas
El 7 de octubre de 2022 el Departamento de Comercio de EE.UU. puso en marcha nuevas restricciones comerciales contra China encaminadas a restringir la capacidad de Pekín de obtener chips avanzados, desarrollar y mantener supercomputadoras y fabricar semiconductores.
Evaluando estas restricciones, el ex primer ministro de Suecia Carl Bildt afirmó el 22 de octubre que «esta escalada dramática de la guerra tecnológica va a tener consecuencias económicas y políticas igualmente dramáticas, algunas de las cuales serán obvias de inmediato y algunas tomarán un tiempo para materializarse». «La nueva guerra de los chips elimina cualquier duda restante de que somos testigos de un mayor desacoplamiento chino-estadounidense», añadió.