Los plásticos, omnipresentes en la vida moderna, son uno de los principales contaminantes que generamos, cuyas partículas se han encontrado desde las profundidades de los océanos hasta las cimas de las montañas. Su producción se ha duplicado en las últimas dos décadas: según la ONU, el mundo fabrica más de 430 millones de toneladas de plástico anualmente, dos tercios de los cuales son productos de vida corta que en cuestión de segundos o minutos se convierten en basura.
Este material, sobre todo, las partículas diminutas denominadas como microplásticos, se encuentra no solamente en nuestro alrededor, sino también dentro del organismo humano, incluido en órganos como el corazón, la placenta, los testículos, además de en la leche materna y la sangre. Pero ¿cuán dañinos son los microplásticos para nuestra salud?
¿Qué son los microplásticos?
Conforme a la definición de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), los microplásticos son diminutas partículas de plástico, no mayores a cinco milímetros, compuestas de polímeros y aditivos potencialmente tóxicos, que acaban desembocando en los océanos debido a la descomposición de los residuos plásticos marinos, las escorrentías o las fugas de las fábricas, entre otras fuentes.