La resistencia a la insulina es un problema para una gran cantidad de personas.
En sociedades desarrolladas, la resistencia a la insulina conduce a la obesidad, trastornos del metabolismo de los carbohidratos (incluida la diabetes tipo 2), hipertensión, aterosclerosis e hipogonadismo masculino.
¿Qué es la resistencia a la insulina?
La insulina es una hormona producida por el páncreas que ayuda a que la glucosa entre en las células y se convierta en una fuente de energía. La insulina se une a receptores especiales en la superficie de las células, abriendo la ‘puerta’ a la glucosa.
La resistencia a la insulina es una condición en la que las células del cuerpo se vuelven menos sensibles a la insulina y les resulta cada vez más difícil absorber la glucosa. Su nivel en la sangre aumenta y los tejidos del cuerpo no reciben suficiente energía.
Esa alteración metabólica causa prediabetes y diabetes tipo 2, un trastorno distinto al diabetes tipo 1, caracterizado por no poder producir insulina o las personas padecientes no producen en cantidades suficientes para sobrevivir.
¿Por qué se desarrolla la resistencia a la insulina?
La resistencia a la insulina se desarrolla por varias razones: dieta desequilibrada que desemboca en exceso de peso, falta de actividad física y predisposición genética, según la Asociación de Diabetes Estadounidense.
Un ejemplo típico de dieta desequilibrada se da si una persona prefiere alimentos ricos en calorías y grasas, que aumentan la grasa corporal.
«El tejido adiposo en sí mismo es parte del sistema endocrino. Puede producir hormonas que afectan la sensibilidad a la insulina. Cuando se acumula demasiada grasa, puede producirse un desequilibrio hormonal. Por ejemplo, disminuye la producción de adiponectina, una hormona que mejora la sensibilidad a la insulina. También puede producir más resistina, una hormona que reduce la sensibilidad a la insulina», explicó Viktoria Gonchar, doctora en endocrinología de una clínica de San Petersburgo.
Sin embargo, no solo las personas con sobrepeso tienen un mayor riesgo de desarrollar resistencia a la insulina. También puede aparecer por predisposición genética, según un informe del Centro de Estudios Endocrinológicos adjunto a la Academia de Ciencias de Rusia.
Síntomas de resistencia a la insulina
Otras señales de alarma donde puede aparecer resistencia a la insulina, según varias instituciones gubernamentales de varios países:
Altos niveles de azúcar en sangre;
Altos niveles de triglicéridos (un tipo de grasa que se encuentra en la sangre);
Zonas de piel oscura y aterciopelada;
Presión arterial de 130 sobre 80, o superior;
Una cintura que mide más de 100 cm en los hombres y más de 90 cm en las mujeres;
Altos niveles de colesterol malo o LDL (lipoproteínas de baja densidad);
Bajos niveles de colesterol bueno o HDL (lipoproteínas de alta densidad);
Antecedentes familiares de diabetes tipo 2;
Inactividad física.
¿Cómo se puede revertir la resistencia a la insulina?
La resistencia a la insulina se puede vencer o, como mínimo, retrasar.
Para hacer esto, los médicos estadounidenses recomiendan realizar los siguientes ajustes en el estilo de vida:
Incrementar la actividad física. En general, se recomienda empezar a moverse más que antes: salir a pasear con más frecuencia, subir y bajar escaleras en lugar de usar el ascensor.