Secuestran a un cabo de la Armada de Chile en Ecuador y piden recompensa

Imagen Ilustrada
Imagen Ilustrada

«Lo que nos están pidiendo es algo que no tenemos nosotros como familia», comentó una familiar del militar.

Luis Toledo Cruces, un cabo de la Armada de Chile, fue secuestrado el pasado martes en la ciudad ecuatoriana de Guayaquil. 

En una entrevista a Chilevisión Noticias, sus familiares explicaron que los secuestradores los habían contactado para pedir un rescate de 100.000 dólares. «Lo que nos están pidiendo es algo que no tenemos nosotros como familia», comentó Camila, pariente de Toledo.

Además, los familiares aseguraron que los captores les habían enviado varios videos en los que se podía observar al cabo con los ojos vendados y siendo torturado.

De acuerdo con su relato, Toledo, quien pertenece a la dotación del buque Escuela Esmeralda, en Concepción, lleva 11 meses en Ecuador. Viajó a este país para contraer matrimonio y contaba con un permiso de dos años sin goce de sueldo.

En la denuncia que presentó ante las autoridades, a la que tuvo acceso Cooperativa, su esposa relató que llegó al domicilio conyugal alrededor de las 21:00 horas y se percató de que Toledo no se encontraba en el lugar. 

«Marqué su número telefónico y estaba apagado. Inmediatamente salí a buscarlo, no encontrándolo. Me preocupé mucho y en ese momento llamé a la Policía Nacional. No se hicieron presente. A las 00:00 recibí un mensaje vía WhatsApp de parte de una persona que no se identificó, diciéndome que mi esposo tenía un serio problema y que quería saber si lo voy a ayudar», explicó la mujer.

De inmediato, según la cónyuge de Toledo, le enviaron una fotografía de su esposo, «que estaba amarrado de pies y manos y le habían cortado un dedo». Además, le pidieron los 100.000 dólares de rescate.

Cuando la mujer les respondió que la familia no disponía de ese dinero, los captores afirmaron que «lo iban a matar».

Los familiares confirmaron que la Policía de Ecuador los contactó, así como representantes del Consulado chileno.

En Chile, la denuncia fue puesta ante la Policía de Investigaciones (PDI), instancia que ha comenzado a hacer coordinaciones a través de Interpol.

Por su parte, la Armada de Chile emitió un comunicado en el que manifiesta su preocupación por este hecho y señala que «a través de los canales oficiales ha activado los protocolos para ir en ayuda y apoyo de la familia del marino desaparecido».