Una monja se salta el protocolo para despedir al papa Francisco

Una monja se saltó el protocolo para despedir al papa Francisco en la capilla ardiente preparada en la Basílica de San Pedro, en el Vaticano, llamando la atención de los presentes.

Se trata de Geneviève Jeanningros, una religiosa perteneciente a la orden de las Hermanitas de Jesús y quien es considerada íntima amiga del pontífice, fallecido el pasado lunes.

Su actuar sorprendió, puesto que el rígido protocolo establece que cardenales, obispos y personal del Vaticano sean los primeros en dar su adiós; sin embargo, ella, sin encontrar oposición alguna, llegó al lugar, ayudada por quien parece alguien del personal de seguridad, y se quedó en una de las esquinas que delimitaba el cordón alrededor de la urna.

Mientras los demás pasaban frente al féretro, hacían su reverencia y se retiraban, ella continuó en la esquina y, ataviada con una pequeña mochila, rezó y lloró en completo silencio, recoge La Razón.

¿Quién es la hermana?

La hermana Jeanningros, de 81 años, tenía un vínculo estrecho con el papa Francisco, quien solía llamarla cariñosamente «la enfant terrible».

La religiosa es sobrina de Léonie Duquet, una monja francesa que fue secuestrada y asesinada en Argentina en 1977, durante la dictadura, junto a su par Alice Domon. Por estos hechos fue condenado el militar Alfredo Astiz, uno de los represores a quien los diputados del partido del actual presidente argentino, Javier Milei, llegaron a visitar en la cárcel.

Jeanningros vive desde hace cinco décadas en una casa rodante al lado de un parque de diversiones de Ostia, en las afueras de Roma. Se ha dedicado a asistir a los denominados ‘últimos’ de la ciudad, incluyendo mujeres transexuales* y feriantes.

El año pasado, el papa Francisco acudió al histórico parque infantil Luna Park, ubicado en el barrio romano de Ostia, donde la visitó y bendijo, al interior del lugar, la estatua de la «Virgen protectora del espectáculo ambulante y del circo».