Xiomara Castro rompe el tradicional bipartidismo en Honduras

Con la llegada de Xiomara Castro a la Presidencia de Honduras se rompe más de un siglo de bipartidismo tradicional, durante el cual gobernaron los conservadores partidos Nacional y Liberal. Ahora se abre la incógnita sobre si su mandato será un reflejo de lo que hizo su esposo, Manuel Zelaya, o llegarán aires nuevos al país centroamericano.

Castro asumirá el jueves fortalecida con el abrumador triunfo que obtuvo en las elecciones de noviembre de 2021, aunque débil en el Parlamento, donde el pasado día 21 su Partido Libertad y Refundación (Libre, izquierda), se fraccionó por desacuerdos en la elección de la junta directiva provisional del poder Legislativo.

La nueva presidenta de Honduras, esposa del expresidente Manuel Zelaya, quien fue derrocado el 28 de junio de 2009, no solo es la primera mujer que alcanza la primera magistratura del país, sino que también hizo posible que por primera vez la izquierda presida el Ejecutivo con la bandera de Libre, fundado en 2011.

UNA ESPERANZA PARA LOS HONDUREÑOS

La llegada de Castro al poder ha creado muchas expectativas y esperanzas entre los hondureños, que desde que su país retornó al orden constitucional, en 1980, han visto pasar diez gobiernos, cinco del Partido Liberal y cinco del Partido Nacional, que no fueron la solución a los múltiples problemas del país.

Castro recibió en noviembre un apoyo popular que ningún otro candidato presidencial ha logrado en la historia política de Honduras, incluido su marido, quien fue derrocado en 2009 cuando promovía reformas políticas que la ley no le permitía, con lo que, según diversos sectores, pretendía prolongar su mandato en el poder.

Por su discurso y promesas, Castro haría un mandato distinto al de su esposo, aunque la presidenta tendrá el reto de buscar soluciones a los graves problemas que tiene el país, como la pobreza que afecta al 70 % de sus 9,5 millones de habitantes, más de un millón de desempleados, malos sistemas de educación y salud, violencia criminal, corrupción y narcotráfico, entre otros.