Los países europeos no saben guerrear, declaró el ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, Dmitri Kuleba, en una entrevista publicada este miércoles por el periódico digital ucraniano The Kyiv Independent.
Respondiendo a una pregunta sobre la incapacidad de la Unión Europea (UE) para prestar una ayuda militar suficiente y acorde a los tiempos de guerra, el jefe de la diplomacia ucraniana subrayó que los conflictos militares no son comunes en esta región. Por esta razón, «Europa no sabe cómo librar guerras«, mientras que «la fabricación de armas no es el área de negocio más popular«, afirmó.
Además, las empresas armamentísticas europeas son privadas, y esto también obstaculiza aumentar las entregas a Kiev, según el canciller ucraniano. «Nuestros amigos dedican demasiado tiempo a deliberar sobre cómo y cuándo aumentar su producción de armas y municiones. Ahora tratan con entusiasmo de eliminar esta desventaja», indicó. En este contexto, señaló que el Gobierno ucraniano ha empezado a ejercer presión sobre los líderes europeos para que inviertan más en el desarrollo de su propia industria de defensa y firmen más contratos en esta materia.
Sin embargo, «[los países europeos] necesitarán algo de tiempo antes de alcanzar un nivel de producción suficiente no solo para satisfacer las necesidades de Ucrania, sino también para reponer sus propias reservas», apuntó el alto funcionario. En su opinión, la UE no podrá lograr éxitos inmediatos en esta esfera, ya que está demasiada acostumbrada a vivir épocas pacíficas.
Al mismo tiempo, Kuleba destacó el alto nivel tecnológico del armamento producido por los países de UE. Sin embargo, sostuvo que «el problema y el reto al que se enfrentan es aumentar la producción de esa tecnología», mientras las industrias de defensa nacionales deben satisfacer las necesidades de su propio Estado en paralelo a las de Kiev. «Lamento decirlo, pero esto no será suficiente si la situación no cambia. Y Rusia se nos adelantará«, vaticinó.
En este contexto, Kuleba concluyó que la solución más eficaz radica en «crear un cierto nivel de alineación de todas las industrias de defensa de la UE, Estados Unidos y países afines para que funcionen como un solo sistema».