Aunque sin hablar de plazos en el tiempo, el jefe del Comité Militar de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Rob Bauer, afirmó hoy que ese bloque está preparado para un conflicto con Rusia.
La retórica belicista subió de tono, después de las admisiones hechas por el presidente francés, Emmanuel Macron, sobre una participación de tropas de su país en el conflicto ucraniano y de su intención de impedir a toda costa una victoria en él de Moscú.
¿Estamos listos?, la respuesta es sí, esa es nuestra principal tarea, confesó el almirante en declaraciones al canal online Armyinform, del Ministerio de Defensa de Ucrania, citado aquí por la prensa capitalina.
La OTAN comenzó a analizar tal posibilidad en 2014, después del ingreso de Crimea a Rusia, afirmó el alto jefe militar en alusión a los acontecimientos que siguieron en esa península, tras el golpe de Estado perpetrado ese año por la derecha en Kiev, con apoyo de neofascistas.
En 2019, el bloque militar comenzó a retomar la seguridad colectiva, al introducir cambios en la estrategia, la planificación operativa y la modernización de las fuerzas armadas de sus países miembros, constató Bauer.
La alianza atlántica carece de algún plan para enviar tropas a la confrontación en Ucrania, pero si algún estado en particular desea hacerlo, debe tomar en cuenta que ello tendrá estrecha relación con el resto de los integrantes de esa organización, aclaró el funcionario.
Esta misma jornada, el primer ministro húngaro, Viktor Orban, advirtió que algunos estados occidentales desean enviar sus militares a Ucrania en un futuro cercano y estimó que los políticos en Bruselas llevan a cabo una guerra contra Rusia del lado del régimen ucraniano.
Recientemente, el presidente Vladimir Putin, quien ordenó una operación militar el 24 de febrero de 2022 para proteger la región sublevada del Donbás, recordó que por 30 años Moscú intentó acordar con la OTAN los principios de una seguridad colectiva en Europa.
Pero, la respuesta a esas propuestas fue el engaño, las mentiras, la presión o el chantaje, mientras el bloque noratlántico acercaba sus posiciones a la frontera con Rusia, señaló Putin.
Moscú rechaza, además, la fuerte campaña mediática y de los políticos occidentales para situarla como una supuesta amenaza para la región, pero aclara que tampoco dejará de atender sus prioridades de seguridad nacional.
