Las colas kilométricas son la imagen que ha dejado Barajas al inicio del verano. La terminal 4 del aeropuerto de Madrid lleva horas en colapso por la saturación de gente que accedía al control de pasajeros, o para revisar el pasaporte.
Este miércoles, recién estrenado julio y con muchos viajeros equipados para salir de vacaciones, las esperas han llevado a algunos usuarios a perder vuelos internacionales o amontonarse durante largo rato en las instalaciones. El Ministerio del Interior, según publica Europa Press, atribuye los retrasos a un fallo informático “temporal” que se subsanó a primera hora de la tarde, pero que igualmente acabó atascando el tránsito.
La compañía pública que gestiona los aeropuertos en España, Aena, delega en la Policía Nacional la agilidad y eficiencia de estos controles: son sus efectivos quienes inspeccionan a los pasajeros antes de coger el avión. Fuentes policiales consultadas aseguran que la entrada del verano era una fecha clave: se había desplegado, como en otras ocasiones, un dispositivo especial de prevención para el control de viajeros. Es decir, que se mandaron refuerzos, aunque los agentes no concretan cuántos efectivos mantiene sobre el terreno, ni si se han solicitado nuevos aumentos de personal.
Tanto el cuerpo policial como la Delegación del Gobierno en la Comunidad de Madrid coinciden en señalar un “aumento” notable en el número de vuelos que entran o salen del aeropuerto y, aunque emplazan a Aena esa parte, sostienen que trabajan en solucionar el caos veraniego de Barajas “lo antes posible”.
El departamento que dirige Fernando Grande-Marlaska ha negado que hubiera solo cinco policías en el control de pasaportes mientras se acumulaban viajeros esperando su turno. Según el Ministerio, eran 16 las cabinas operativas en ese momento en la terminal satélite. En cada una de ellas había dos agentes, por lo que deberían sumar más de 30 efectivos trabajando en los accesos.
