Por Claudia Fernández Lerebours
SANTO DOMINGO.- Para combatir la desintegración familiar y prevenir flagelos sociales como la violencia y otros derivados, dos expertos coincidieron en la necesidad del país estructurar un sistema organizado de escuelas de familia.
El planteamiento fue formulado por los psicólogos Luis Vergés y Katiuska Suárez durante entrevistas por separado en las que analizaron la problemática de la desintegración familiar y sus repercusiones en la sociedad.
Refirieron que la sociedad refleja el estado de las familias, para bien o para mal, pues uno de los principales roles de la familia es preparar al individuo para la socialización.
“Ese rol socializador de la familia es el que más refleja lo que pasa en una sociedad en un momento determinado”, dijo Vergés.
MUY VULNERABLE A CAMBIOS CRÍTICOS
Ambos profesionales de la conducta destacaron que la familia es ente muy vulnerable a cambios vinculados al desarrollo económico: urbanización, industrialización, horario corrido, pluriempleo, globalización, nuevas tecnologías de la información y comunicación -incluyendo los nuevos medios como las redes sociales-, así como a otros eventos disruptivos, entre ellos pandemias, desastres naturales, crisis económicas, pobreza, etc.
“Cada vez que hay una transformación que revoluciona la sociedad en lo económico, en lo político o lo social, la familia es afectada para bien o para mal. Todos debemos ser responsables de proteger ese patrimonio que es la familia, expuso Vergés.
“La sociedad está arropando la familia, la está dañando, desintegrando, hay familias luchando en valores, en inculcar cosas en sus hijos para que puedan ser personas de bien, pero nos encontramos de frente con una competencia tan fuerte, que es nadando en contra”.
Debido a esa vulnerabilidad, puntualizaron, la familia no es culpable si sufre desintegración, sino una víctima.
La desintegración familiar se entiende como cualquier evento, situación o circunstancia que altere drásticamente la estructura original de la familia y genera ausencia de roles que impiden cumplir con las cuatro funciones principales que tiene una familia: educar, socializar, reproducirse y la calidad de afecto”, se explicó.
“Cuando se habla de desarrollo, raramente se habla de familia. Se piensa el desarrollo asociado al avance económico de los pueblos, pero sería interesante que nos preguntemos cómo vamos a compensar a la familia por lo que esta va perdiendo cuando se van conquistando otras cosas, porque debe haber un balance”, reflexionó Vergés.
El profesional expuso que “no tendríamos los problemas que estamos teniendo como sociedad” si desde la familia se educara en temas cruciales como buen trato, cultura de paz y no violencia, entre otros.
Señaló que el modelo de impulsividad, regulación de emociones y conducta hostil que exhiben muchos dominicanos, fue aprendido mediante sus patrones familiares.
Suárez indicó que la familia es el primer espacio de validación que tiene el individuo y debe ser su primer espacio de validación.
“Donde no te enjuician, donde te acompañan, donde te sientes aceptado tal y como eres, pero eso no necesariamente es lo que está sucediendo”, sostuvo.
LA PRINCIPAL CAPACITACIÓN
Vergés rechaza que la dirección familiar sea una cuestión para considerarse como exclusivamente intuitiva, sino que exige adecuada capacitación.
Narró que el impacto positivo de cursos de educación de familias impartidos como parte de su labor profesional, evidencia la necesidad de institucionalizar esa formación a nivel de país.
“Es increíble el impacto que esa educación tiene en los participantes, como padres dan su testimonio de su antes y después que participan en estos procesos, lo que quiere decir que eso hace falta”, enfatizó.
Deploró que en el país “hay cientos de universidades y escuelas y no tenemos una sola de familia”.
¿Dónde está escrito que por el hecho de tener familia yo no debo prepararme para ser parte de una familia?, se preguntó.
Llamó a las empresas y otras instituciones a estructurar escuelas de familia para sus colaboradores.
En similar tónica, Suárez sugirió que cada colegio forme una escuela de padres. Dijo que hay instituciones educativas que tienen esa formación, en las que ha ofrecido charlas.
Expuso que ningún padre se equivoca con mala intención, pero las personas dan solamente de lo que tienen.
“Si yo vengo ya de una familia desintegrada, qué le voy a dar a mis hijos. Quizá voy a necesitar un acompañamiento para que me reeduque en lo que realmente es la familia porque yo vengo de una distorsión de lo que es una familia, vas llevando este patrón a tu nueva familia y si eso no se depura, va a seguir sucediendo”, enfatizó.
DEFINIR NUEVO MODELO DE FAMILIA
Un aspecto previo a la estructuración de un plan nacional de educación sobre familia con la participación de todas las instituciones es la definición del tipo de familia que requiere la sociedad dominicana actualmente, según Vergés.
Cuestionó la continuación del modelo patriarcal, que lleva a los hombres a sentir que las mujeres son de su propiedad y a seguir disponiendo desde todos los espacios de poder político y social.
Entiende que el patrón a perseguir debe priorizar componentes como empatía, normas y límites, afectividad, aceptación, transmitir confianza desde la temprana edad y tomar en cuenta todas las etapas de desarrollo que tiene un ser humano.
“Y al final, todas las instituciones deben tener como eje transversal esa construcción del modelo de familia que nosotros queremos, y tú verás que cuando eso arranque, sin duda alguna va a tener un efecto de cascada, porque todo ciudadano y ciudadana dominicana desea tener su familia, porque la familia es la estructura básica y el sentido de pertenencia de un ser humano”.
Suárez resaltó que cada familia tiene necesidades distintas, pero que funcionan básicamente aquellas donde los padres escuchan efectivamente a sus hijos, les fomentan autoestima sana al evitar las críticas. Asimismo, les establecen reglas claras y límites, con adecuado sentido de flexibilización mediante la buena comunicación, y predicar buenos valores con el ejemplo.
DESTACADOS
Katiuska Suárez de Varela es licenciada en psicología, cum laude, por el Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC) donde también realizó estudios de postgrado en educación Montessori
Fundadora y directora por 25 años del Preescolar Be Smart Montessori
Es psicoterapeuta, cuento terapeuta, educadora, coach de vida, tallerista y conferencista y speaker Motivacional.
Es autora del libro Conectando, podcast Un Minuto de bienestar, creadora del grupo de apoyo para mujeres GAM, y el Movimiento Amar Lo Que Tengo.
Luis Vergés es psicólogo clínico con maestrías en terapia familiar y de pareja, relaciones públicas y doctorado en ciencias de la salud.
Tiene especialidades en docencia universitaria, neurociencia aplicada a la educación; ciencias de la complejidad; informes periciales; buen trato infantil;
psicología del deporte; prevención integral.
Asimismo, diplomados en desarrollo humano; violencia de género; y tratamiento de las adicciones.
Desempeña diversas funciones en sector público y privado, entre las que destacan, director del Centro de Intervención Conductual para Hombres de la Procuraduría General de la República, coordinador de la maestría de psicología clínica de la Universidad Católica Santo Domingo, director del Centro de Investigación y Ciencias de la Familia.
Tiene publicados cinco libros de contenido académico, así como también cinco investigaciones científicas
En el año 2017 fue galardonado con el premio caribeño a la mejor trayectoria como psicólogo clínico.
