(Desde Washington, Estados Unidos) Minutos antes del anuncio oficial por X, Bill Clinton y Barack Obama ya sabían que Joseph Biden renunciaba a la candidatura presidencial y apoyaba a Kamala Harris como su sucesora para enfrentar a Donald Trump en las elecciones del 5 de noviembre.
Clinton y Obama conocen como son los procedimientos políticos en Washington, y cada uno de los expresidentes se ajustó al guión que estaban protagonizando cuando se inició la cuenta regresiva para terminar con la candidatura de Biden.
Clinton apoyó a Biden hasta el último minuto; Obama se mostró prescindente y jugó al desplazamiento detrás del cortinado. Los comunicados de prensa de los expresidentes, cuando Biden ya había reconocido su caída, exhiben sus distintas estrategias en un tiempo histórico para los Estados Unidos.
“Ahora es el momento de apoyar a Kamala Harris y luchar con todo lo que tenemos para elegirla”, postearon Bill Clinton y Hillary Clinton en la red social X.
Las posiciones diferentes de Biden-Clinton versus Obama desnuda una profunda interna en el partido Demócrata. A Harris no le alcanza con el tándem Biden-Clinton para lograr la candidatura en la Convención, ya que hasta ahora sólo sumó a los delegados de su distrito –California- y el Caucus Afroamericano del Congreso.
El apoyo de Biden no significa que tenga sus delegados, y respecto a los fondos de la campaña habrá una larga discusión para determinar si pertenecen al ticket oficial o se derivan al Partido Demócrata hasta que se designe candidato en la Convención que sesionará el 19 de agosto en Chicago.