La flor que se ha convertido en un símbolo navideño

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La llamada flor de nochebuena es una de las plantas que, aunque es nativa de México, se dice que su patente no está en territorio nacional; sin embargo, académicos y productores siguen trabajando para conservar la tradición.

Por ello, el gobierno federal estableció el 8 de diciembre como el Día Nacional de la Flor de nochebuena, con el objetivo de propagar «su importante aporte a la cultura mexicana», ya que es parte de la historia de México desde épocas prehispánicas.

En náhuatl su nombre es cuetlaxochitl, que significa «flor que se marchita», y su nombre científico es ‘Euphorbia pulcherrima’.

Esta planta era usada para ceremonias religiosas y se entregaba como un trofeo a los guerreros, pues el color rojo de la flor estaba asociado al poder en las culturas mesoamericanas.

Fue con la llegada de los españoles y la evangelización que a la cuetlaxochitl se le empezó a llamar nochebuena, pero dentro del país tiene sus propias denominaciones dependiendo de su procedencia geográfica y la lengua que se hable. Por ejemplo, en el estado de Chiapas se le llama ‘aijoyó’, en Oaxaca ‘gule-tiini’, en Michoacán ‘uanipeni’ y en Morelos ‘poscuaxúchitl’.

En el mundo también es conocida con diversos nombres como flor de pascua, pastora, corona del inca, pascuero, estrella federal o flor de nadal.

Se tiene la teoría de que los franciscanos en la región de Taxco, en el estado de Guerrero, retomaron el uso ceremonial de la flor para la celebración de la Navidad.

Fue ahí donde, en 1828, Joel Roberts Poinsett, primer embajador de EE.UU. en México, quedó maravillado con lo que pensó era una flor que adornaba plazas e iglesias y, después de cumplir su misión diplomática, se llevó ejemplares de la cuetlaxóchitl a Filadelfia y empezó a cultivarla.

A partir de entonces, en EE.UU. se le llamó ‘poinsettia’, como muchos la conocen ahora. Para 1834, la flor se empezó a producir en Europa, y hoy los descendientes de estas plantas se cultivan en todo el mundo.

Laura Trejo Hernández, investigadora del Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), afirma que actualmente existen más de 100 patentes extranjeras de nochebuena de distintos colores y formas.

La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural informó que en 2021, la producción de nochebuena a nivel nacional cerró con 17.339.000 plantas, con un valor de producción de 668,5 millones de pesos (34 millones de dólares) y una superficie sembrada de 257 hectáreas, de acuerdo con datos del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP).

Los estados con mayor producción fueron Morelos, con 6,9 millones de plantas; Ciudad de México, con 3,6; Puebla, 3,1; Jalisco, 1,7; Estado de México, 953.000; Michoacán, 765.000; y Oaxaca, 19.000.

No obstante, también crecen de manera silvestre en estados como Sinaloa, Nayarit, Colima, Guerrero y Chiapas, lo que le da una diversidad genética.

En total, en el país se producen más de 30 variedades, aunque alrededor de 90 % de la producción y consumo corresponde a la roja.

A la flor de nochebuena, además de ser protagonista de los festejos de Navidad, se le atribuyen beneficios a la salud, ya que ha sido utilizada como remedio para combatir la tos e incluso afecciones respiratorias como el asma. Del tronco de esta planta se puede extraer además un látex que se usa para disminuir las fiebres.

Por otro lado, también se emplea para la elaboración de pigmentos en tonalidades rojizas en vestimentas tradicionales.