Una tablilla babilónica de 3.000 años de antigüedad podría revelar la ubicación del arca de Noé

Una tablilla babilónica de 3.000 años de antigüedad podría revelar la ubicación del arca de Noé

 Noé, la embarcación que, según la Biblia, construyó ese profeta a petición de Dios y en la que llevó a su familia y a varias parejas de animales para salvarlos del diluvio universal y repoblar la Tierra con su descendencia.

La revelación ha sido posible luego de que científicos informaran en septiembre haber descifrado el ‘Imago Mundi’, una tablilla babilónica considerada el mapa más antiguo conocido del mundo, que proporciona información sobre la cosmovisión y las creencias religiosas de la antigua civilización babilónica. 

Tras un reciente análisis más profundo de este objeto, creado hace casi 3.000 años, los expertos descubrieron referencias claves relacionadas con el relato bíblico, asegura el diario británico Daily Mail.

Se cree que la escritura cuneiforme en el reverso del mapa incluye referencias a la versión babilónica de la historia de Noé, que dice que el dios Ea envió un diluvio que acabó con toda la humanidad excepto con Utnapishtim y su familia, quienes construyeron un arca y la llenaron de animales. Y es que se encontró la palabra ‘parsiktu’, término que aparece en otra tablilla babilónica y que describe al barco que sobrevivió al gran diluvio.

Los científicos encontraron que la información describe el camino —mediante claves e instrucciones— para llegar a «Urartu», lugar donde, según antiguos poemas mesopotámicos, un hombre y su familia desembarcaron un arca gigantesca que habían construido. Esta ubicación es el equivalente asirio de «Ararat», la palabra hebrea para nombrar la montaña donde, según el Génesis, primer libro del Antiguo Testamento, descansa el arca de Noé.

«Esto demuestra que la historia era la misma y, por supuesto, que una condujo a la otra, pero también que, desde el punto de vista babilónico, esta cuestión era un hecho; que si hacías ese viaje verías los restos de este barco histórico», asegura el doctor Irving Finkel, experto del Museo Británico.

Cualquiera que recorriera el camino a Urartu, teóricamente, vería las costillas de madera de la embarcación en la montaña «como la de la Biblia», añade Finkel.

La idea de que el arca de Noé llegó al monte Ararat ha estado rodeada de controversia. Algunos científicos afirman que la formación rocosa fue creada por la naturaleza y otros que provino de un poder divino. Al respecto, el doctor Andrew Snelling, un creacionista de la Tierra de la Universidad de Sídney, considera que este no pudo haber sido la ubicación del arca porque la montaña no se formó hasta después de que las aguas del diluvio retrocedieran. Si bien la mayoría de estudiosos del tema y arqueólogos no creen en la interpretación literal de la historia del arca, el misterio sigue vivo.