La polarización política cada vez está más presente en la sociedad española y a ella no solo contribuyen las declaraciones de los políticos sino que los memes que pasan de teléfono a teléfono, con una apariencia inofensiva, contribuyen a que la división social sea más profunda.
Así lo concluye un trabajo sobre este tipo de mensajes humorísticos que han realizado un grupo de investigadores de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) y la Universidad Complutense, y que ha sido publicado por la revista científica Social Media+Society.
El trabajo se enmarca en el trabajo sobre «usos de odio de las redes sociales» y se inició cuando «comprobamos que los memes, que parecen mensajes informales de humor, empezaban a ser cada vez más negros, hasta derivar en el insulto«, ha explicado uno de los autores del trabajo, Juan Manuel González Aguilar, de UNIR.
Este tipo de mensajes «existe desde hace décadas» y «surgieron como una crítica al poder» que pasaban de ordenador a ordenador de forma rudimentaria, pero con la aparición de los teléfonos inteligentes y las redes sociales se han convertido en algo cotidiano para mucha gente.
«La apariencia que tienen es de algo informal, de sátira y parodia, pero cada vez se va a una crítica más agria, que sobrepasa la burla normal y se mete en el terreno del insulto«, relata el investigador y profesor universitario.
Para este trabajo recopilaron más de un millar de estos memes y analizaron 636 de ellos, en dos meses, ha detallado; no profundizaron en «de dónde salen» porque «lo que nos interesaba es comprobar solo si eran virales y su repercusión».
Consideran, entre las conclusiones del trabajo, que estos mensajes no pretenden «llamar a la guerra» contra determinados políticos «y ni siquiera son subversivos» pero «sí contribuyen a la polarización y a la fragmentación» de la sociedad «y lo hacen sin aportar ideas nuevas, solo con descalificación».
Han comprobado que «no hay muchas diferencias entre la polarización de izquierdas o de derechas» y «en ambos casos se critica a personas, no a los partidos».
Además, en esa línea, «se usan cuestiones personales, no del trabajo que realizan los políticos» y «se recurre a cuestiones de su pasado» como los mensajes «jocosos» sobre que Santiago Abascal (líder de Vox) no hizo el servicio militar o que Irene Montero (ministra de Igualdad) trabajó de cajera.
Han constatado, también, que en este tipo de mensajes prolifera «la misoginia» con «un discurso de odio hacia las políticas mujeres, misoginia» por medio de «cosas inventadas y relacionadas con el sexo».
Ese es uno de los peligros de estos «memes», el que «traspasan la libertad de expresión al insultar y denigrar, en algunos casos a las mujeres por ser mujeres«.
«En muchos casos estamos ante una retórica que no hace falta, que solo busca reforzar al propio por medio de algo que nos parece hasta bobo en algunos casos, pero que lleva a reforzar la polarización social, porque se piensa que contra el adversario vale todo, y, por eso, no el algo positivo», detalla.
El grupo de investigadores enmarca estos mensajes en «una idiosincrasia propia de España» porque «nos reímos hasta de nuestra sombra» y «eso no pasa en todos los países».
De hecho «se puede entender el reírse de algunas situaciones o hacer gracias sobre los poderosos», por ejemplo «pero hay unos límites, que son los insultos o el incentivar noticias falsas«, concluye González Aguilar.