Las protestas por el alto precio del combustible provocan la caída del Gobierno de Kazajistán

Manifestantes protestan este martes por el alza del precio de los combustibles, en Almaty, Kazajistán. RUSLAN PRYANIKOV (AFP)

Rusia promete su apoyo “no militar” a la exrepública soviética, ante unas fuerzas de seguridad nacionales desbordadas por los altercados

La espiral de protestas que sacude de nuevo Kazajistán ha llevado a su presidente, Kasim-Yomart Tokáyev, a destituir este miércoles al primer ministro y su Gabinete y a asumir el mando del Consejo de Seguridad que hasta ahora encabezaba Nursultán Nazarbáyev, el hombre que ha controlado el poder desde la independencia en 1991. El mandatario se ha dirigido por segunda vez en 24 horas a sus ciudadanos para advertirles de que no abandonará Nursultán, la capital del país, “pase lo que pase” y que las fuerzas de seguridad que ahora dirige “actuarán con la mayor dureza” contra los manifestantes. Además, ha informado de que ha habido muertos en las protestas por el elevado precio del combustible.

Tokáyev ya se pronunció la noche anterior para pedir a la población que se quede en casa “y no sucumba a las provocaciones de dentro y fuera del país”. Además, impuso el estado de emergencia en Almaty, el centro económico de la exrepública soviética, desde donde llegan imágenes de unas fuerzas de seguridad desbordadas por los altercados y coches de policía en llamas. Horas más tarde, Tokáyev declaró también el estado de emergencia en Nursultán. La situación es grave y preocupa a Moscú, que con precedentes como las crisis de Ucrania y Bielorrusia, ha prometido “a los hermanos y amigos kazajos” que ampliará su “asistencia no militar” si es necesario.

Las autoridades han decidido ocultar el estallido social al mismo tiempo que despliegan más policías y militares. Pese a que el Gobierno ha cortado los servicios de internet y telefonía móvil, aún aparecen nuevas imágenes en las redes sociales con la llegada de camiones militares a distintas ciudades y enfrentamientos con la población. Además, se ha suspendido la emisión de varias televisiones, como Jabar 24 y Kanal 31. Uno de los últimos vídeos que se ha viralizado mostraba el incendio de la antigua residencia de Nazarbáyev en Almaty.

Varios coches de policía tras se quemados durante las protestas en Almaty, este miércoles.STRINGER (REUTERS)

La crisis comenzó el pasado domingo a raíz de unas manifestaciones en el oeste del país por el encarecimiento del gas licuado de petróleo para automóviles. La transición iniciada a finales de 2019 hacia un sistema de mercado para poner fin a los subsidios al combustible provocó que los precios se duplicasen tras Año Nuevo de unos 10 a alrededor de 20 céntimos de euro el litro de gas licuado, un sobreprecio que se notó en regiones como Mangystau, donde el Gobierno estima que más del 70% de los vehículos utilizan esta fuente de energía.

Las protestas se extendieron rápidamente al resto del país, y este miércoles se congregaron miles de personas en las calles de Almaty, la ciudad más poblada y antigua capital del país, en lo que parecen las mayores manifestaciones desde 2019, cuando Tokáyev sucedió en la presidencia a Nursultán Nazarbáyev tras unas elecciones consideradas fraudulentas por gran parte de la comunidad internacional.

Pese a la dimisión del Gobierno, formalmente aceptada este miércoles por Tokáyev, los disturbios continúan. Un corresponsal de la agencia Interfax ha informado del asalto al Ayuntamiento de Almaty a través de puertas y ventanas destrozadas. Según el testigo, la policía habría abandonado el lugar, de donde salía humo y se escuchaban detonaciones.

El departamento médico de la ciudad ha informado de 190 heridos, 137 de ellos policías. En las imágenes difundidas a través de los canales de Telegram se pueden ver escenas caóticas en la ciudad. Furgones de policía sacudidos por decenas de personas agolpadas a su alrededor y otros vehículos en llamas, peleas a puño limpio entre ciudadanos y agentes, y la retirada de las fuerzas de seguridad ante el empuje de los manifestantes.